“¿Cuál es la diferencia? Los dos son igualiticos, llevan arroz, ¿no?. Los dos llevan cosas que no deberían llevar ni juntarse jamás, pero igual se juntan, como tú papá y yo”, aseguró la señora Marta Gómez sobre la similitud entre el pabellón y el poke a su hijo Alberto, quien escuchaba estupefacto. 

“Todos los días Albertico anda con el tiquitiqui de que si quiere comer poke, que si esto, que si lo otro… Por eso hoy llegué al límite, me volvió loca este muchacho: agarré una escudilla y le serví el pabellón que sobró de anoche, le dije ‘aquí tienes tu poke, con bastante topping de queso para que no te quejes’. Él se quedó con la boca abierta, no podía creerlo”, afirmó la señora Gómez, mientras bautizaba a su creación como un “poke criollo”. 

Mientras aprovechaba un descuido de su madre para hacer un pedido de un poke de verdad de Poke 212, Alberto concedió que su madre tenía un punto. “Es cierto, los dos tienen arroz. Pero este ‘poke criollo’ es incomible. Le dije que al menos lo calentara, pero mamá dijo que el poke se comía así, a temperatura ambiente. Y estas caraotas y esa carne mechada así frías, de anoche además, sí que no”, aseguró Albertico, mientras esperaba que Poke 212 lo salvara de la indigestión del «poke criollo» de su mamá.