Gustavo Delgado, un abogado de 58 años, se gastó en menos de veinticuatro horas todo el cupo de viajero celebrando que su tarjeta pasara sin problemas en la tienda del aeropuerto.

Después de dos meses intentando ingresar al sistema, llamando a las oficinas de CADIVI, entregando requisitos y esperando una respuesta del banco que nunca llegó, el frustrado turista estaba convencido que su tarjeta no pasaría. “Al llegar a Miami lo primero que hice fue probar la tarjeta y milagrosamente la aceptaron. Te juro que no sentía una emoción tan grande desde el nacimiento de mi hijo, así que decidí invitar a mis amigos miameros a celebrar en una discoteca en Lincoln Road” declaró el enratonado abogado, mientras se preparaba un alka seltzer y calculaba cómo iba a pagar más de once mil bolívares fuertes de deuda.

Testigos pudieron confirmar que al principio la celebración fue como cualquier otra, pero al cabo de unas horas todo se fue fuera de control. “Empezaron a pedir Champaña, esa de la botella amarilla, Whisky 18 años e incluso llegaron unas prostitutas para cerrar la noche” aseguró Juan Carlos Gómez, cliente del local, quien también pudo afirmar que el individuo no paraba de gritar la frase “¡¡¡Dólares a cuatro mil no joda!!!”