El nuevo Lamborghini de la Policía Nacionalité Bolivariana (PNB) elevó el glamour, el estatus y el caché de la institución —y de sus funcionarios que no saben deletrear “Lamborghini”—. El cambio ha sido tal, que ya no piden “pa’l fresco”, sino que prefieren alternativas más elegantes, como Dom Pérignon, caviar y empanadas de camarón.