Descubren que dicho "al que no baila se la bailan" no aplica para el gringo que se empató con la venezolana

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Descubren que dicho "al que no baila se la bailan" no aplica para el gringo que se empató con la venezolana

Si hay algo que ha atormentado por años a la población masculina de este país caribeño es el popular dicho “al que no baila se la bailan”. Residente frecuente en la boca de las tías, suele venir acompañado de consejos como ‘avíspate, muchacho, que te la van a quitar’ y, por lo general, quien recibe esta fatídica frase solía terminar bailado a pesar de haber intentado bailar. La historia es distinta cuando se la dicen al gringo que no baila (valga la redundancia) que se empató con la venezolana, porque una nueva teoría asegura que podrá tener dos pies izquierdos, pero más importante es la residencia americana que cualquier bachata de Romeo Santos.

Enviamos a una fiesta a nuestro pasante subpagado —flamante dueño de dos pies izquierdos y perenne bailado— a comprobar la veracidad de este nuevo enunciado científico. Allí, mientras su novia bailaba al son de Celia Cruz, nuestro pasante entrevistó a Steve, quien le dijo un montón de palabras que nuestro pasante no logró entender por no hablar inglés (eso sí, terminó sirviéndole un par de cubas libres). 

Luego, nuestro pasante logró conversar con Mafe, novia de Steve, quien a pesar de que parecía estar teniendo un ataque epiléptico sentada en una silla al lado de Steve no se paró en toda la noche: “¿Bailar, yo? Si supieras que ni me provoca” aseguró mientras marcaba la clave con el pie. “Además que tampoco es que esa canción me guste tanto, hoy han puesto música malaza. ¿Verdad, Steve?”. Mientras veía a Mafe reprimir las ganas de bailar toda la noche (y a su propia novia irse con otro) el pasante reflexionó sobre la moraleja de esto: aunque bailes horrible, no tengas miedo; si algún día te dejan no será porque no sepas bailar, por mediocre puede ser, pero no será porque no te lances unos buenos pasos prohibidos.

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