Miles de cubanos pudieron disfrutar en vivo y directo de la experiencia de ver la comida, ropa y el bienestar general de los líderes de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), durante la cumbre celebrada a finales de enero en La Habana, Cuba. Sí, otra cumbre más.

“Oye, mi hermano: ¡por primera vez veo esa cantidad de comida, de ropa elegante y de toda clase de bebida! ¡Qué cantidad de jama, mi sangre! Por eso es que todos nuestros líderes están así de gordos, ¿eh? ¡Están todos bien jamaos! No había visto algo así desde el 75. Aunque en verdad no lo vi, sino por la televisión, porque en verdad a mí se me olvidó cómo se ve la comida en el mundo real. Pasa lo mismo con los trajes que usaban los presidentes, algún día venderé el Dodge Coronet del 52 que tengo y compraré un traje elegante como esos. O un jabón, si no me alcanza pa’l traje, porque óyeme, de aquí a que logre vender el cacharro ese, ¿quién sabe cuánto estará costando un traje singao de esos? De verdad yo no sé para qué son esas benditas cumbres, porque el único acuerdo que yo vi fue el que hizo Nicolás Maduro con el mesonero» comentó Orestes Lozada, un cubano de 62 años, mientras realizaba por primera vez una actualización a su PC gracias al Windows 98.

Pero los cubanos no fueron los únicos felices de ver la abundancia de la cumbre del CELAC. Susana González, una ama de casa caraqueña, también fantaseó mientras miraba la transmisión desde Cuba. “Ya los cubanos y los venezolanos no nos diferenciamos mucho. Ayer vi como esos presidentes comían, veían y celebraban. Es como nuestro Red Carpet, pero en vez de mirar vestidos que nunca vamos a poder comprar, vemos pan, pollo, carne. Increíble… que cantidad de lujos. Es que uno los ve y provoca es votar por ellos, pues”