La noche de ayer, el afamado perrero gourmet Junior Contutti, dueño del puesto “La Trattoria del Ascherositto” regañó a un cliente por echarle salsa de ajo a un perro con todo.

«¡Es que con todo ese patuque encima se desbalancean los sabores, se pierde el umami, no se puede apreciar ningún sabor!»

–Junior Contutti

«¡Qué falta de respeto! La gente no entiende que estos perros calientes son una experiencia sensorial, cada uno de estos perros con todo representa la cumbre de nuestra gastronomía, nuestra cultura, es una amalgama de distintas cocinas e influencias. Todo está cuidadosamente pensado: desde el corte diagonal de la servilleta de papel hasta la selección de una pinza de aluminio —y no la vulgar pinza de plástico—; el tiempo de marinado de la salchicha madre y el sucio del pañito amarillo, el corte en juliana de la cebolla, el tritureè de la papita Ruffles, todo es un festín para los sentidos. ¿Y todo esto para qué? ¿Para que venga un ignorante y le eche un montón de salsa de ajo? ¡No lo voy a permitir! ¡Es que con todo ese patuque encima se desbalancean los sabores, se pierde el umami, no se puede apreciar ningún sabor! ¡No señor: si quiere que se sirva para llevar un vaso de la salsa esa y listo, pero aquí en mi puesto no lo quiero volver a ver!” sentenció Contutti, mientras le decía a nuestro pasante subpagado que para la Rompe Dieta el maridaje perfecto era champagne Möet en un vaso Selva.