El paladar más refinado de todo Cumaná tiene dueño, y pertenece a Adalberto Oropeza Peralta, quien se considera a sí mismo como todo un fanático –y experto– de la tradicional gastronomía japonesa –con toques monaguenses– famosa por exquisitos platillos como el sushi de tajadas y patacón, el ramen de mondongo y las gyozas de carne mechada y caraota.