La vida adulta consiste en trabajar, ganar dinero, gastar dinero, gastar dinero y luego volver a gastar dinero otra vez más. Lamentablemente, nadie está más consciente de esta triste realidad como Andrés Mejías Cardona, un caraqueño de 24 años, quien se despertó esta mañana, abrió los ojos y se gastó 100 dólares en contra de su voluntad.