Gerardo Olivero, joven promesa del fútbol venezolano con 32 años y campeón de al menos 37 trofeos en EAFC25, encontró en Lamine Yamal, estrella del F.C. Barcelona de apenas 17 años, la excusa perfecta para intentar convencer a su madre de que no necesita un título de ingeniero, licenciado o ni siquiera de bachiller, mientras exista la posibilidad de seguir los pasos del joven prodigio catalán.