Olla en remojo desde 1830 todavía no está lista para ser lavada

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Olla en remojo desde 1830 todavía no está lista para ser lavada

Para nadie es un secreto que las ollas tienen la particularidad de aferrarse a los restos de comida, así como cualquier venezolano que se aferra a la idea de hacer funcionar una relación a distancia. Este apego irracional no es diferente en casa de los Figueroa, quienes cumplen hoy 191 años con una olla en remojo.

“Esta olla me la dio mi mamá pero pasó por mi abuela, por mi bisabuela y por mi tatarabuela que sería la mamá de la mamá de la mamá de la mamá de la mamá… ella era la dueña original. ¿Qué te puedo decir? Es nuestra reliquia familiar más preciada, esa olla conserva la grasa de una carne molida de pasta que se hizo un domingo para salir del paso, mi abuela le pidió a su esposo que le hiciera el favor de fregar ese día y bueno, el resto es historia. Sin embargo, nosotros creemos en las tradiciones familiares y en la flojera de no limpiar, seguro voy a terminar dándosela en herencia a mi hija, creo que es un buen regalo de bodas y quizás ella quiera limpiarla”, sentenció Mireya Figueroa, dueña de la olla donde ya se creó una civilización multicelular.

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