En un acto de ira, Antonio Varela, quien fungió hasta hoy como vigilante en la sede de Globovisión, irrumpió en el set de «La Cocinita de Sindy» e interrumpió la preparación de unas interesantísimas berenjenas para renunciar irrevocablemente al canal. Su sorpresiva dimisión, una más de una larga lista de personas que se han ido en protesta por la nueva directiva y sus imposiciones editoriales, pasó sin embargo por debajo de la mesa.

La noticia tomó por sorpresa a los compañeros, directivos y empleados del canal, que ante la renuncia de Antonio, o como alguno de ellos lo nombró, «el gafo ese que se pone con la ladilla del carnet para entrar», se encogieron de brazos y siguieron con su día normal. Robinson Gómez, utilero de la empresa, expresó: “¿Quién? ¿Antonio qué? No, ni idea” opinó mientras terminaba de construir la jaula nueva donde guardarán a los nuevos periodistas del canal.

“No desmayen compañeros, yo se que muchos aquí piensan como yo. Quieren cuidar los espacios, y eso está bien, pero por varias razones, muchos de ustedes continúan sin despertar, sin ver en lo que se convirtió este canal. Abramos los ojos amigos, no podemos seguir permitiendo esta sinvergüenzura.” gritaba Antonio ante las puertas cerradas del canal, ante la mirada indiferente de dos niños que jugaban pelota.