La típica noche de “caerse a curdas” entre panas terminó en una grata sorpresa para el joven Miguel Ruiz, quien entró a la reconocida tasca Estadio Monumental Simón Bolívar aprovechando la promoción de 2×1 en cervezas, sólo para descubrir que en realidad es un estadio de béisbol, con los jugadores en el campo aprovechando la promoción también.