Viveza criolla genera cola de 3 horas

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Viveza criolla genera cola de 3 horas

En horas de la mañana de hoy la viveza criolla, encarnada por un conductor de nombre Roberto Mendoza, generó una cola de tres horas luego de usar el hombrillo que supuestamente le haría llegar más rápido a su destino.

La cola originada en La Trinidad se extendió por toda la Autopista del Este llegando a afectar zonas tan lejanas como el Distribuidor Altamira o La Esfera de Caracas de Soto, donde una gandola se estrelló por estar viendo la inmensa cola. Nos dirigimos en mototaxi hasta el lugar, donde entrevistamos a la viveza criolla, que en medio de gritos y reclamos, explicó lo sucedido: “No pana, es que por eso es que este país está como está, yo venía tranquilamente por mi hombrillo, que estaba peladito pana, es que la gente acá es pendeja, ven el hombrillo vacío y no se meten, parecen gafos. Yo agarré mi hombrillo y aceleré, cuando estaba llegando a la entrada del túnel, muy responsablemente, saqué la mano, cigarro en mano, para pedir paso a una pickup que venía por el canal normal, el carajo aceleró para no darme paso y yo dije, no seas guevón, que mal educado pana, aceleré, me metí y chocamos” comentó segundos después de botar un chicle al piso argumentando que “eso es comida pa las hormigas”.

Al indagar por qué el carro seguía parado luego de dos horas, la viveza señaló que llevaría el caso hasta sus últimas consecuencias: “Mira brother, mi carro me lo pagan, este bicho y que yo venía por el hombrillo, pero venía por una emergencia, mi mamá está enferma y yo le estaba yendo a comprar unas medicinas para eso que ella tiene, unas ampollas y tal, yo más bien le digo al tipo de la pickup que pague mi vaina y que se encargue de resolver su peo con el motorizado que tumbó luego de chocar conmigo, yo tengo que llegar a mi casa para ver una película que compré en la Guairita, y pa’ llevarle los remedios a mi vieja, no joda” concluyó mientras mandaba una oración por Lourdes Valera a través de su BlackBerry desbloqueado de forma ilegal.

Foto cortesía Elisart

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