Venezolanos generan espontáneamente larga cola que no termina en nada

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Venezolanos generan espontáneamente larga cola que no termina en nada

Miles de venezolanos sufren día a día una pandemia que se esparce velozmente en todo el territorio nacional, hablamos de las largas colas que se generan espontáneamente en las calles y no terminan en nada.

Francisco Vega, víctima de una cola espontánea registrada recientemente en la zona de El Rosal en Caracas, contó su dura experiencia y como se liberó de ella. “Yo estaba en mi trabajo y me provocó comprarme unos pin-pons, bajé al quiosco y de repente veo que me encontraba en una extraña cola. ¿De qué era esa cola? ¿Por qué estaba ahí? Me detuve un momento a pensar y me convencí de que si yo estaba una cola era por algo, debía quedarme hasta el final para ver de qué se trataba. Esperé no una, sino tres horas bajo el sol caraqueño y cuando me doy cuenta, la cola había pasado, no llegaba a ningún lugar; era una cola fantasma”. Comentó Francisco.

En distintas zonas de la ciudad de Caracas, Valencia, Maracaibo y Barquisimeto se ha visto la proliferación de este extraño fenómeno. “Debe existir algún factor genético que hace que los venezolanos nos unamos a una cola sin ni siquiera saber para qué. Podría ser para sacar una quinta cédula, alguna Misión, alguna lavadora con descuento; la esperanza de lo que puede haber al final de la cola nos une.” Explicó la señora Maritza Vargas desde una larguísima cola en la ciudad de Valencia.

Mariana Flores, socióloga de la Universidad Central de Venezuela, explicó la importancia de estas colas para el desarrollo del perfil socio-criollo. “En este país, las colas son vida, son economía, es una experiencia popular tan tradicional como la arepa o comerse el polvito que queda al fondo de una lata de Pirulín. Estas colas espontáneas desarrollan pequeños ecosistemas autosuficientes. Una cola trae a los gestores, quienes activan la economía al igual que los vendedores ambulantes y el señor que te cuida el puesto mientras vas al baño del Mc Donalds. Además, en la cola se despliegan nuevas relaciones humanas. Siempre existe la señora mayor que está detrás de ti y quién empieza a hablarte sin razón alguna sobre su hija y la molestia que le causa la artritis.”

Según investigaciones conducidas en el departamento de Ciencias Sociales de la propia UCV, el venezolano optó por las colas sin sentido ante la amenaza de la banca electrónica y los procesos automatizados. “Apenas hace unos tres años había que hacer una cola de días para sacarse el pasaporte, ahora no. Los bancos ya no están tan llenos como antes por culpa de internet y hasta da la impresión que la gente ya se sacó todas las cédulas que necesitaban. Todo esto llevó a la creación de las llamadas ‘Colas Express’, fenómeno que igualmente puede extrapolarse al tráfico vial, pero para el cual es necesaria una investigación aparte.” Culminó la socióloga, quien también planea investigar el precio promedio de la propina para los bolseros de supermercado y crear una tabla oficial de precios.

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