Claudio, un espermatozoide residente en un testículo de un joven caraqueño de 28 años, expresó su fuerte deseo de no fecundar un óvulo en Venezuela. «Dios mío, por favor que a mi dueño no se le ocurra hacer cosas sin protección. No me podría pasar nada peor. Imagínense fecundar un óvulo y que a los 9 meses sea un bebé en Venezuela, donde no hay medicinas para absolutamente nada. Yo mejor me quedo con mis otros amigos tranquilo y ya. Prefiero morir en una toalla vieja que nacer en este país.» aclaró Claudio al momento de enterarse que uno de sus hermanos afortunadamente terminó en la garganta de una desconocida.