Otros 31 Magistrados del TSJ se acusan a sí mismos de ser demasiado honestos

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Otros 31 Magistrados del TSJ se acusan a sí mismos de ser demasiado honestos

En lo que algunos han catalogado como un esfuerzo para deslindarse del caso Aponte Aponte, y otros simplemente llaman una “cortina de humo”, los 31 magistrados restantes del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) acudieron hoy a la Fiscalía General de la República, para solicitar que se abra una investigación contra sí mismos, bajo la acusación de ser demasiado honestos.

“Luego de ver los escándalos que ha inventado el ex-magistrado Eladio Aponte Aponte, quisimos venir aquí, en representación del máximo cuerpo colegiado tribunalicio del país, para solicitar ante la honorable Fiscal General que se nos investigue, bajo el cargo de honestidad extrema, delito este que se encuentra tipificado en el Código Civil como uno de los más graves que puede cometer un juez en nuestro país. Pedimos para nosotros la máxima sanción, sin atenuantes ni consideraciones especiales” afirmó la presidenta del TSJ, la magistrada Luisa Estela Morales, hablando en nombre de sus colegas. “Como herederos de la tradición legal romana y republicana, y parafraseando al honorable Justiniano y su Corpus Iuris Civilis, mantener un nivel de honestidad como el nuestro ‘es perjudicial para la salud de las instituciones’. Por eso, señora Fiscala Generala de la República, aquí nos ponemos ante usted: tanta honestidad no se puede aguantar. Investíguenos y háganos sentir todo el peso de la Ley”.”

Otro de los magistrados presentes se manifestó, diciendo que la honestidad le había impedido poner bajo su nombre las cuentas, los sobornos en monedas extranjeras, las mansiones, los yates y los apartamentos de playa. “Un juez no puede abandonar su honestidad; por eso, todo eso lo he puesto a nombre de mi mujer. Soy honesto, honesto hasta la médula. Incólume. Inmaculado. Y siento que con toda esa honestidad, le he fallado al país, al proceso, a la Jurisprudencia y a la Revolución. Ahora nos merecemos la cárcel. Sin misericordia” confesó el magistrado, mientras ponía a disposición de los fiscales todas las pruebas que necesitara para sustentar el caso.

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