El joven Mario Manuel Gustavino, conocido entre amigos y familiares como “el becerro mamagüevo aquel”, pagó una suscripción mensual de $20 a ChatGPT, el cual utilizó como terapia —a la que debería asistir de verdad— para convencerse a sí mismo de que realmente no es un mamagüevo, aunque todos saben que, en efecto, es tremendo mamagüevo.