Chamo que compró proteína barata sigue sin darse cuenta que está tomando batidos de perrarina
A pesar de ser marzo, Fabio Prado decidió empezar a cumplir sus propósitos de año nuevo la semana pasada. Para perder peso y aumentar grasa muscular sin gastar mucho dinero, el joven compró la proteína más barata que encontró en el mercado —apenas $89.99— y comenzó una rutina de ejercicios desde casa. Sin embargo, Prado aún no se ha dado cuenta que esa proteína tan barata es realmente perrarina.
Nuestro pasante subpagado logró conversar con Prado, haciendo un esfuerzo enorme para no verle las lágrimas correr por sus ojos por el desagradable sabor de su bebida “proteica”: “Este año me voy a poner yuca, ya lo dije. Me compré mi batido y todo y me la paso haciendo los entrenamientos de Chloe Ting —¡no me juzguen, la chama es una dura!—. No sabía cuál tipo de proteína comprar porque todo esto es nuevo para mí, pero vi una que tenía un perrito en la etiqueta y dije “esa es”; para ponerme como todo un perro y caerle a las chamas con respeto pero con confianza. No me cabe duda de que lo lograré. No te voy a mentir, sabe un poco mal. No sé porqué tenía la impresión de que iba a saber a vainilla, o a chocolate o a tajadas, pero no, sabe como… horrible. No sé, confieso que tenía otras expectativas. Nada que un poquito de anís en el batido no pueda arreglar. Creo que ya estoy viendo los resultados, que es lo importante”, comentó Prado, quien seguramente no ha leído una etiqueta nutricional en su vida.