Juan Pablo Vidal, un joven guayanés de 27 años de edad, no sabe si invertir todo su dinero en algunos sobres de barajitas del álbum del mundial Brasil 2014 o si mejor compra a los jugadores en la vida real.

«Considerando que tengo que comprar un montón de sobres a ver si me salen las que me hacen falta, y que al final me van a sobrar montón de barajitas repetidas que van a terminar pegadas en la puerta de mi clóset, cosa que va a volver loca a mi mamá, creo que me va a salir hasta más barato comprarme a los jugadores de verdad verdad», expresó Vidal, mientras veía en ESPN los precios de los jugadores de fútbol reales, calculadora en mano. Los precios de las barajitas han pasado en 8 años de Bs. 1 a Bs. 50, lo que ha llevado a muchos a desistir de su tradición de llenar el álbum durante el mundial y considerar nuevas maneras de conservar sus recuerdos del evento deportivo.

«Hubo un amigo de un pana que se consiguió el álbum virguito en un autobús y lo comenzó a llenar con recortes de la prensa, pero ya tú sabes como está la vaina con los periódicos, no tiene la seguridad de poder terminar el álbum. Otros panas que no tienen con qué comprar las barajitas y andan imprimiendo ellos mismos las fotos de los jugadores en hojas recicladas, poniendo la impresora en ‘Modo Económico’, para que no se les vaya el cartucho retintado en eso», confirmó Juan Pablo refiriéndose al caso de otro joven muy conocido en Ciudad Bolívar que en los últimos 3 mundiales se empeñó en llenar los álbumes y terminó en la indigencia.

El joven Vidal agradece ser uno de los pocos que aún tiene la holgura económica como para considerar comprarse un álbum de barajitas, sin embargo, le parece que su dinero puede estar mejor invertido. «Si me compro un jugador, me sale más barato, podría incluso meterlo en mi equipo de caimaneras para ganar siempre. Si levanto plata suficiente, me compraría a un jugador bien fino, de esos de Europa que todos conocen; esos bichos ayudan a levantar culitos e incluso cuando la vieja me mande a hacer la cola al abasto para comprar Harina PAN podría mandarlos, porque esos carajos son que jode famosos, le pican un ojo a una cajera y los colean; eso es lo arrecho de la fama, las cajeras del portugués de la esquina son bien malasangres, pero no pueden ver a un bicho así porque se vuelven es locas. En cambio el álbum se va a quedar ahí guardado agarrando polvo, además siempre hay fotos de jugadores que ni conozco, ¿para qué quiero eso?», concluyó Vidal quien, como buen pastelero, está indeciso entre adquirir a Messi o a Cristiano Ronaldo.