En horas de la mañana del pasado Martes, el agente del CICPC encargado de escuchar las llamadas del diputado suplente Ricardo Sánchez, el pasante Roberto Guillén, se dirigió a la directiva del cuerpo policial para pedir un traslado a otra unidad, o en caso de negativa, que simplemente lo maten.

Obtuvimos declaraciones del funcionario en entrenamiento, el cual se mostró asfixiado por la “misión inhumana” e ilegal para su sanidad mental. “Ciudadano, es absurdo, llevo apenas una semana escuchando a Ricardo Sánchez y no he entendido casi nada, las pocas veces que entiendo habla de los juguetes de la cajita feliz y de los regalitos que traen los huevitos de chocolate Kinder, es como espiar a una persona anormal, totalmente desesperante” sentenció el agente mientras escuchaba un rato a María Corina Machado gritándole a una de sus mujeres de servicio.

El agente Guillén procedió así a relatar los detalles específicos de su trabajo en el CICPC: “Bueno, nosotros pinchamos el teléfono de cualquiera que pueda ser una amenaza para la soberanía ¿ve? Mucha gente dice que es ilegal, que es facismo, pero, ¿cómo va a ser ilegal proteger al país? Mi jefe espía a María Corina, eso si es puro lomito lo que saca, después eso se edita y pa la Hojilla bello. Yo lo doy todo por mi patria hermano, nunca he dudado, pero lo de Ricardo Sánchez es imposible, yo tengo que transcribir lo que el dice para mi superior, pero no entiendo nada, mira por ejemplo lo que logré transcribir ayer de una llamada que el le hizo a una de sus tías ‘Tía cónchole, estoy ñañado de ñolate, pañal lleno lleno, mañana, mañana, jejejejejeje, Divercity, me gusta, chu chuuuuuuuuu, jejeje, tia, Ricardito quieñe a tía, muto muto’ ¿tú puedes creer esa vaina de un diputado?” se preguntó el efectivo mientras introducía el arma de reglamento en su boca.