Gilberto Sánchez (29), oficial de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), en un arranque de proactividad poco característico, levantó el día de ayer una «barricada» que resultó ser una alcantarilla con objetos para que los carros no cayeran en los huecos.

«Para drenar la molestia le caí a bombas lacrimógenas a todos los que estaban mirando»

–Gilberto Sánchez

“¡Nah chamo! Eso me pasa por jalabola y hacer más de lo que piden. Yo pensé que si levantaba esa barricada fascista quizás me daban un bono o una felicitación como el que empujó al Borges, así que empecé. De esa vaina saque palos, ramas, basura, sillas, sofás, un juego de cuarto, una abuela y hasta un microondas. Pa’ nada porque cuando me fije la vaina no era más que un hueco que nadie había asfaltado ¡Qué arrechera agarré! Al final no me quedo de otra que volver a meter las vainas porque esa tronera abierta es un peligro y no quiero un día andar por ahí y caer con la tanqueta. Eso sí, para drenar la molestia le caí a bombas lacrimógenas a todos los que estaban mirando” sentenció el oficial Sánchez mientras intentaba arreglar el microondas que había encontrado en el hueco.