
Chamo que lo crió la abuela pasa todos los niveles de Venezolario en una hora
Venezolario sigue generando controversia en el país, con palabras como maruto, merjurje y sortario desatando las hemorroides de miles de venezolanos que duraron horas en el baño intentando adivinarlas. Sin embargo, para el joven Alirio Linares López (24), quien fue criado por su abuela, el juego no fue ningún problema, pues se pasó todos los niveles en una hora.
Vistiendo unos mocasines negros, pantalones de lino y una guayabera metida por dentro de los interiores —como le enseñó su abuela “para que no ande como un zarrapastroso”—, Linares nos explicó que solo “los muchachos de hoy en día” tienen dificultad con el juego:
“Mira, mi hermano, ese juego me lo pasé como quien pela una mandarina, ¿sabes por qué? Porque yo sí me crié escuchando a mi abuela pedirme que le alcance la zaranda, el rastrojo, la escardilla y la totuma. A mí me decían: ‘Alirio, muchacho, deja la caligüeva y ven a buscarme la tapara que voy a colar el café’. Lo que pasa es que los muchachos de ahora se la dan de sabiondos, se creen la última cocacola del desierto, y no saben ni lo que son los macundales. Se ponen todos pichacosos por no conocer las palabras de su propia tierra. Me disculpas la expresión, pero hay que mandarlos a freír monos. Así mismo se los digo. Es que de verdad, mijo, con esa gente no se puede. Así, la vida se vuelve una manguangua, vale”, sentenció Linares, mientras se comía un majarete con papelón con limón y muchos más clichés venezolanos que se le ocurrieron a nuestro redactor.