Este viernes fueron depositados en todo el país los populares aguinaldos navideños, pero —gracias a la hiperinflación— el monto de las mismas fue tan decepcionante como levantarse todos los días y saber que Maduro sigue en el poder. Es por eso que las utilidades decidieron sincerarse con sus dueños y cambiarse el nombre a “Inutilidades”, al verse a sí mismas tan escasas de valor.

Enviamos a nuestro pasante a un ritual de ayahuasca para que pudiera recoger las declaraciones de un objeto tan abstracto como lo son unas utilidades. “Hermano, yo no te puedo negar que ya no valemos lo mismo lo que antes; al igual que la calidad de las areperas caraqueñas, nos devaluamos. Ya no compramos nada, antes la gente salía a comprar regalos caros como perfumes, ropa o panettones, pero ahora con lo que valemos se pueden comprar que si dos empanadas, yo creo que hasta 2 y media si tienes un buen cargo, pero ya no mucho más de ahí. Hasta nos da vergüenza ilusionar a nuestros beneficiarios, (por así llamarlos, por que hay que llamarlos de alguna manera) porque sé que ellos siempre tiene expectativas altas de ver cuánto les van a pagar este año. Por eso tomamos la decisión de cambiarnos el nombre, y a partir de ahora nos llamaremos “Inutilidades”, porque nos sentimos igual que Elías Jaua en el Gobierno”, aseguraron las Inutilidades, mientras nuestro pasante vomitaba no sabemos si por los efectos de la droga o por la jornada laboral de 48 horas seguidas.