Emigración obliga a chama a hacerse amiga de su ex y de su nueva novia
Familias separadas, grupos de amigos nuevos y despedidas que terminan escuchando el Alma Llanera son apenas algunas de las consecuencias que ha tenido la migración venezolana. Una de las víctimas de los efectos de la inmigración es Fabiana Sandoval, una joven de 24 años, a quien la emigración masiva no solo la hizo tener que ser amiga de su ex, sino también de Natalia, su nueva novia, a quién anteriormente llamaba “la perra esa”.
La única persona que trabajará en nuestra redacción en diciembre —también conocido por algunos como “el pasante subpagado”— se acercó a la casa de Sandoval para tomar sus declaraciones sobre estas amistades forzosas con las que los venezolanos que decidieron no emigrar llenan el vacío de los que sí se han ido: “Bueno chamo, qué te puedo decir, ya aquí en Caracas no queda gente. Sé que todo el mundo me juzga, pero la verdad es que, o era pana de Juan y la perr… perdón, “Nathy”, o tenía que hacer amistades con el señor Chicho y los borrachos de la plaza. Y la verdad que no me ha ido mal, solo es medio raro cuando tenemos que ir al cine juntos, es difícil ser la ex y la amiga al mismo tiempo porque ambos me cuentan cosas como que quieren terminar, o que Juan anda saliendo con otra, o que Juan está saliendo con otra con la que salía cuando estaba conmigo. Pero no importa realmente, es mejor tener amigos que estar completamente sola”, finalizó Sandoval, mientras despedía abruptamente a nuestro pasante para llorar desconsoladamente por 8 horas.