Una desagradable sorpresa se llevó Santa Claus anoche mientras repartía regalos en el centro de Maracaibo, cuando regresó a su trineo y encontró a Trueno, Cometa y a Rodolfo sobre 4 bloques.

«Después de toda una vida recorriendo el mundo entero en una noche uno cree que lo ha visto todo, pero esto, esto no tiene nombre» nos contó un compungido Santa, poco acostumbrado a ser víctima del hampa, mientras esperaba ayuda para poder continuar con su misión de repartir regalos a los niños de todo el planeta. «Esto me retrasa todos los planes, porque ya me amaneció, ni la gente del seguro ni los grueros me atienden —seguro están todos rascados—, los duendes apenas salieron hace 20 minutos del Polo Norte con unos renos de reemplazo que es lo único que se me ocurre que podemos hacer, pero todavía me falta toda América del Sur. Yo me imagino que terminaré repartiendo los regalos en Chile y Argentina el 26. ¡Qué desgracia! ¡Pobres renos! ¿A quién se le puede ocurrir hacerle daño a unos animales así de nobles?».

Nuestro pasante logró conversar con las personas a las que se le ocurrió hacerle daño a unos animales así de nobles, Careniño y Brazo e Picó, mientras era asaltado por ellos: «Mi causa y yo veníamos caminando por aquí cuando vimos al veterano ese entrando a una casa por una ventana con un saco y el pana aquí dijo ‘verga píllate al mayor aquel, metiéndose en esa casa’ y yo le dije a su vez ‘bueno, ladrón que roba ladrón tiene cien años de perdón, vamos a desvalijarle los venaotes estos’. Coño, el mío, es que por aquí prometieron y prometieron pernil y nada, nunca llegó. Y esas patas de esos bichos se las llevo yo a a vieja y esa las hace horneadas y le quedan burda e buenas, dígalo» afirmó Careniño, mientras le quitaba el celular a nuestro pasante.