El huracán Gonzalo ya estaba listo para aparecer en Venezuela este fin de semana largo y arruinarle los planes de tomar sol en el balcón a sus habitantes. Sin embargo, el fenómeno meteorológico decidió hoy desviarse hacia el norte luego de escuchar noticias sobre los fatídicos eventos ocurridos ayer en la Cota 905, atribuidos a la banda de El Coqui.

Mientras confesaba estar molesto con “ese nombre tan aburrido” que le pusieron, Gonzalo conversó con nuestro pasante sobre las razones que lo llevaron a modificar repentinamente su trayectoria: “Estaba emocionado, haciendo esas cosas de huracán, creciendo, ganando fuerza. Y no lo voy a negar: quería ya llegar a tierra firme, porque todos los otros huracanes siempre cuentan como la mejor parte de ser un huracán es dañarle el día a la gente que estaba en la playa o que habían planeado un picnic todo cursi en una piscina. Ya la pandemia me había espichado un poco los ánimos: llegar a sitios con cuarentena era un bajón. Pero sé que en Venezuela nadie le iba a parar a eso, ninguna cuarentena va a ser más que un puente largo, así que ya soñaba con llegar a La Guaira y arruinarles los planes. Pero al escuchar de un tal ‘Coqui’ —que confieso que al principio pensé que era un perrito—  me quedé frío. ¡Ni loco voy para Venezuela! Era mi primera opción para caer durísimo con lluvia, pero qué va, ¿y si la banda de El Coqui después se molesta conmigo y me quieren caer a plomo? No, mi hermano. Yo no me llevo nada bien con armas largas. Esa gente no tiene temor de Dios, menos de un huracán como yo. Mejor sigo con mi paseo por el Caribe, ya conseguiré alguna islita a la que “remojar”, si sabes lo que te digo”, concluyó el huracán, el cual aumentó considerablemente sus vientos para salir más rápidamente del espacio aéreo de Venezuela.