En cualquier país del mundo, la Navidad es sinónimo de emoción, encuentro y unión familiar; sin embargo, la posibilidad de ver a tus tías borrachas salir a la calle con maletas se reducen este año, ya que ni las fiestas decembrinas se escapan de la terrible situación económica del país. A pesar de ello, mucha gente no pierde su espíritu navideño. Este es el caso del niño Sebastián Pérez, de 8 años de edad, quien se mostró visiblemente emocionado por la expectativa de que Santa Claus le traiga al menos lo que da a los niños que se portan mal: carbón.

“Muchos amigos míos quieren carros a control remoto, tablets o que sus papás le presten más atención, pero yo sé que unos señores de un tal Gobierno o Gobueno o algo así están gastándose toda la plata trayendo unos perniles pagados a sobreprecio; por eso este año me sacrifico, no quiero pedirle a Santa algo imposible. Lo único que le pido a Santa es que me traiga, aunque sea, una piedrita de carbón, o un palo, algo. Y no es que yo me haya portado mal, es sólo que entiendo la situación del país, ese trineo de Santa cargado de juguetes lo desguazarían la Guardia en la Aduana. Entonces, con el carbón yo voy bien, ni modo. Con eso puedo jugar a escribir en las paredes, usarlo como pelota de béisbol o que sea mi mejor amigo. Estoy seguro de que Santa sí me cumplirá esta pequeña petición y así no hará que las navidades sean tan chimbas como las pasadas, que con todo lo que hizo el tal señor ese Maduro que siempre dicen mis padres estuvieron bien bien chimbas. Ese señor debe ser como el Grinch, pero más gordo”, dijo el infante, segundos antes de que sus padres le confesaran que Santa a lo mejor este año no tiene ni para un carbón.