Joven que se tatuó código de barras pirata es retenido por vigilante de supermercado
Patrocinado por GS1 Venezuela
A diferencia de los tatuajes gigantes del rostro de Cristian Nodal, hay otros que sí son mala idea y te pueden traer problemas a futuro. Así le pasó a Daniel Sánchez, un caraqueño de 23 años que se tatuó un código de barras pirata que encontró en internet en vez de registrar el suyo con la única empresa autorizada para hacerlo, GS1 Venezuela. Esto lo llevó a ser retenido por la seguridad del supermercado El Almacén de Doña Anastasia, y devuelto al estante de los yogures.
Sánchez, tras comprender lo sucedido y adaptarse a su nueva vida como yogurt de fresa, conversó con nuestro pasante subpagado que se encontraba en el mismo estante por un tatuaje que le hicimos un día que se quedó dormido: “Ya aprendí mi lección, debo usar códigos de barras que estén registrados por GS1 Venezuela o de lo contrario seré neutralizado por las fuerzas del orden de los supermercados que visite. Eso de tatuarme cualquier código de barras pirata fue una tontería, jamás me había sentido tan caliche como hoy, pero pronto viene un pana que tiene un láser para quitarme esto. Además llamé a mis amigos de GS1 para que me den un código de barras legítimo que me identifique como lo que realmente soy: un yogurt de ciruela” concluyó el joven mientras miles de empresarios a lo largo y ancho del país llamaban a GS1 Venezuela para poner sus productos a valer con códigos de barra originales.