Presidente Diosdado Cabello nos pidió que redactáramos esta noticia

Política

Presidente Diosdado Cabello nos pidió que redactáramos esta noticia

El día de ayer el Presidente de la República, Diosdado Cabello, nos suministró una fuerte suma de dinero para que redactáramos una nota de prensa donde dejáramos muy bien parado a tan valiente y noble hombre; al mismo tiempo que, por contraste, la reputación de sus enemigos quedara enlodada. Eso sí, muy comprensiblemente nos pidió que lo hiciéramos de forma muy discreta, imaginamos que por su modestia y por su afán de no llamar la atención.

Con tan sustanciosa cifra, nuestro pasante subpagado pudo ir a la librería y adquirir un diccionario de sinónimos y antónimos; de esta manera nuestro servidor logró encontrar palabras como «preclaro» y «magnánimo», que calzan a la perfección en el talante demócrata de Cabello, Vicepresidente del PSUV, primer mandatario nacional de facto y nobilísimo líder de masas, encomiable prohombre tan lleno de virtudes, que tanto ha hecho desinteresadamente para el bienestar de la Revolución y por mejorar, altruistamente, las condiciones de vida de los desposeídos y de todos aquellos que han visto mermada sus esperanzas y sus sueños, expoliados por corruptos, ladrones quintacolumnas de la Cuarta República y bandidos de la más baja ralea, como el gobernador de Monagas, José Briceño; el cual, como todo delincuente que se precie de tal, responde a un alias: el rústico epíteto de «El Gato».

Es difícil hacer un parangón entre dos personas tan disímiles, que yacen en dos extremos tan apartados de la escala de la decencia: por un lado Diosdado Cabello, benefactor de multitudes, adalid de las luchas bolivarianas, avezado revolucionario sobreviviente del tráfago propio de las revoluciones; y por otro el susodicho «Gato», proveniente de las alcantarillas monaguenses, con sus negociaciones turbias con factores adecos y sus subterfugios destinados a entorpecer el indetenible paso de la Revolución. Sólo nos queda esperar que triunfe el buen sentido común y el arriba mencionado «Gato» termine adonde pertenecen las personas de su baja extracción social: la cárcel, para que nuestro compañero y actual primer mandatario Diosdado pueda proseguir su marcha indetenible hacia los anales de nuestra Historia, como una de las personas que más ha hecho por el país y que, además, tiene esos ojos tan bellos, ventanas que se asoman a la más prístina de las almas y que reconfortan a cualquiera de sus cuitas y penas.

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