Cuando tienes escolta personal, las sospechas de que eres enchufado son como vomitar después de beber anís con rikomalt: totalmente inevitables. Esto le pasa frecuentemente a Ricardo Villa, un joven de 23 años que tomó la decisión de pedirle la bendición a su escolta para que no lo acusen de haber hecho negocios con el gobierno de Nicolás Maduro.

Villa, que ahora le pide a su escolta que le preste la camioneta para salir con un “culito” nos contó sobre su difícil situación social: “¡Coño, yo uno no puede ni tener un piche escoltica por ahí porque ya te señalan de haber hecho negocios con Tareck, de haberte robado unos riales de una filial de PDVSA que nunca existió porque era una empresa de maletín establecida con un Registro Nacional de Contratistas falso o simplemente de ser sobrino de Maduro! Ya me tienen mamado; es más, no me gusta decir que tengo escolta, ahora siempre que me preguntan quién es ese señor de 2 metros, 130 kilos, bolsito lateral, las capas perennes de Moco de Gorila y 3 teléfonos encima les digo que es mi compadre, mi novio, no sé… hasta le pido la bendición para que crean que es mi papá o ese tío que te lleva a todos lados porque es pana”, finalizó Villa, mientras le gritaba a su escolta frente a todo el mundo para dejar claro que como todo el mundo él también tiene problemas con su papá.