El dictador bielorruso Aleksandr Lukashenko o como le dicen sus connacionales por cariño —¡Al calabozo no, por favor!— se autoproclamó como el mejor club de fútbol europeo y ganador de la UEFA Champions League. Este sería el segundo triunfo de agosto para el mandatario, quien tras un limpio y honesto fraude también venció en las elecciones de su país.

“Yo, Alexander, el arañero de Minsk, quiero agradecerme a mí mismo por todos los goles que marqué esta temporada y a mis secuaces por ser tan amables de traerme la copa a casa. No fue fácil, los demás clubes se prepararon muy bien, pero no más que mi fusil de asalto Kalashnikov con mira láser. Sin embargo, me parece que el Fútbol Club Lukashenko ha dado la talla en esta competencia, sobre todo cuando obligué a Cristiano Ronaldo a que me cargara para poder meter el gol de cabeza en la final. Espero que el próximo año sigamos cosechando triunfos o de lo contrario los partidos se jugarán a calabozo cerrado”, afirmó el delantero estrella, árbitro de la final de la Champions y dictador bioelorruso antes de ponerse unos zancos para su debut en la final de la NBA.