El joven lleno de esperanza y franelas con las axilas manchadas, Eduardo Gómez, se cansó de lavar a mano y compró una lavadora de última generación con funciones wifi, bluetooth e infrarrojo, las cuales permiten ver novelas, conectar altavoces e incluso jugar Fornite con las perillas. Sin embargo, Eduardo no consideró que para que funcione debe tener internet, agua y luz al mismo tiempo, lo que en Valle de La Pascua y el resto de Venezuela es un milagro que ni José Gregorio Hernández con una cisterna de agua bendita podría conceder.