Esta madrugada el Presidente Chávez hizo un alto en su periplo por una serie de países asiáticos sin importancia y se desvió hasta la Avenida Nueva Granada de Las Mercedes, donde visitó Turkmenistán Motors, C.A., creyendo que este local era uno de los países que resultaron de la división de la Unión Soviética.

Apenas llegó, el presidente se extrañó que, en vez del acostumbrado protocolo que se estila, lo recibiera una promotora en patines con unos brochures de los últimos Hyundais del 2009. Al enviar “un saludo de hermanos a este noble pueblo hermano, hijo de Martí y Gorbachov, de Bolívar y Mercedes Sosa” la muchacha, extrañada porque en su vasta experiencia de 3 meses nunca había visto un caso así, le regaló una calcomanía y lo puso en contacto con José Antonio Azócar, vendedor que estaba de turno en el concesionario.

Luego de una serie de negociaciones, la Agencia Bolivariana de Noticias informó que el presidente había firmado unos acuerdos para intercambiar 100 millones de barriles de petróleo diarios por una Santa Fe, roja, con reproductor de CD y mp3, asientos de cuero, automática y con aire, pero dijo que su gobierno tendría que esperar “entre nueve meses y ocho años” para verle los beneficios a este espectacular acuerdo alcanzado.