Una fábrica de queso llanero abrió sus puertas en la ciudad de Houston en Estados Unidos, pero esta no es cualquier compañía convencional de queso. Pues tras un esfuerzo y muchos sobornos para violar las políticas de salubridad, la empresa Full of Flies consiguió ser la primera fabricante de queso sin medidas sanitarias que consiguió el sabor más cercano a los tradicionales quesos venezolanos.

Heberto Gómez, dueño de Full of Flies, usó sus habilidades venezolanas para sobornar a la Administración de Alimentos y Medicamentos y conseguir el sabor perfecto en sus productos. “Los venezolanos que vivimos aquí en Houston siempre nos quejamos de que el queso aquí es desabrido. Parece plástico, si lo derrites se puede usar como pegatanque. Es mejor rellenar una arepa con una chola. Por eso acá en Full of Flies creamos un ambiente controlado que se asemeje a los que se consiguen en las queseras venezolanas. Solo así podríamos conseguir el sabor exacto. Lo hicimos todo: no contamos con ningún proceso de pasteurización, los empleados no se lavan las manos, de vez en cuando dejamos caer un poquito de sudor de brazo, juntamos el agüita de queso que queda del otro día, quien maneje los alimentos debe tener mugre de uñas y por supuesto, el ambiente tiene la cantidad exacta de moscas. Gracias a esto logramos conseguir un queso trenzado divino como nadie lo ha logrado hacer fuera del país. Ese lo llamamos el ‘Longstocking Cheese’ que se junta a la familia del ‘Small Piece of Cloth Cheese’, el ‘Guyana Cheese’ y por supuesto el ‘Zulia Palm Cheese’. Con esto esperamos convertirnos en un gran competidor del mercado quesero y medirnos con los grandes como Italia o Francia. Porque si algo no le falta a Venezuela, es queso”.