Venezolano indignado por inseguridad emigra para indignarse por falta de empleo
Antonio Domínguez, un joven administrador de 26 años indignado por los altos niveles de inseguridad en el país, tomó recientemente la difícil decisión de emigrar a España para poder indignarse por otra cosa: la falta de empleo.
“A mí me robaron cuatro celulares, a mi mamá le robaron el carro y secuestraron a mi gato dos veces, ya no aguantaba más la situación en Venezuela. Así que renuncié a mi súper trabajo en el banco, reuní una platica, conseguí un tátara-tío-abuelo que era primo de una española y logré conseguir la ciudadanía. Fue bien engorrosa la entrada al país, me revisaron cada uno de los papeles y cada una de las cavidades de mi cuerpo. Cuando finalmente me establecí, me quedé indignado nuevamente: no había ni un sólo trabajo. Ni de mesonero, ni de cajero, ni nada. Hasta intenté convertirme en un ‘caballero de compañía’, pero nada, ni doñas necesitadas hay aquí” Comentó Domínguez, quien aseguró que se redondeaba como ayudante de limpieza para una familia ecuatoriana.
Natalia Moreno, otra joven venezolana que emigró a España hace dos semanas, comentó sobre la poca oferta de empleo que existe para carreras de comunicaciones y afines. “Yo sufrí casi tres meses de mi vida para graduarme de ‘Experta en comunicaciones modernas de la moda’. Ahora, resulta que ese título no sirve de nada aquí. Yo veía esos blogs de moda con niñitas en Barcelona y Madrid y me imaginé que ese era el lugar perfecto para ejercer mi profesión. Resulta que cada vez que trato de conseguir un trabajo, se lo dan a una española ¿Qué es eso? ¡Ni que hubieran tantos desempleados aquí para darles prioridad! En fin, tuve que conformarme con ser dj en una peluquería ganando un euro cada dos días. Pero no me puedo quejar… en Venezuela estaría que si con tres violadores en mi casa y Chávez expropiándome el carro. Eso es lo que me han dicho que está pasando allá; es que desde que me vine hace 14 días ya se me olvidó cómo era ese lugar.”