Raúl Rodríguez, un nicaragüense de 33 años que sufre de diabetes, se sorprendió la tarde de hoy sobre lo fácil que es conseguir insulita en la ciudad capital de Managua a diferencia de cualquier venezolano.

“Tardé solo 20 minutos y porque tomé el transporte público desde mi casa hasta la farmacia” comentó Raúl quién recibía un tratamiento digno para su enfermedad. “También aproveché que ya había salido para comprar las medicinas de mi mamá y además hice algunas compras: pollo, carne y arroz. En total no me tardé más de una hora. Creo que fue un día agotador ¿no? Pero realmente no hay necesidad para que alguien con una enfermedad pase trabajo. De eso se trata que una sociedad funcione, aunque deberíamos darle las gracias a Venezuela que llevan años regalándonos petróleo y así hemos podido invertir más cómodamente en salud.”

Por su parte, Federico Fernández, un paciente de diabetes de la ciudad de Barquisimeto, también se sorprendió de lo fácil que es conseguir insulina en Managua. “No joda, el hermano mío que vive allá me la tuvo que traer porque acá se acabó en todos lados. Me dijo que en 15 minutos la consiguió sin problemas. Y no es que está viviendo en Suiza ni Noruega, sino Nicaragua. Yo ni sé dónde queda Nicaragua en el mapa, pero al menos parecen ser un país normal y no un desastre.” Manifestó Federico desde una cola para poder pedir un número para entrar en la cola de un mercado Bicentenario.