Capriles le tumba la jeva a un SEBIN y va al 23 de Enero con una franela que dice “Yo sí firmé, ¿y qué?”

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Capriles le tumba la jeva a un SEBIN y va al 23 de Enero con una franela que dice “Yo sí firmé, ¿y qué?”

Capriles

El candidato presidencial opositor Henrique Capriles Radonski, que sorprendiera ayer tanto a seguidores como a adversarios con un discurso cargado, frontal y directo, demostró hoy que esta nueva actitud no es una simple pose, luego de tumbarle la jeva a un SEBIN, hacer sebo con la mujer «en su mismísima cama» y luego salir al 23 de enero a comprar un pollo en brasas con hallaquitas usando una franela que decía «Yo sí firme contra Chávez, ¿y qué?».

Después de aguantarle la cara de cañón por 5 minutos y medio sin parpadear a miembros de los colectivos armados del 23 de enero, Capriles Radonski se sentó en un banquito de la referida parroquia capitalina a comerse su pollo en brasa. Allí, mientras continuaba sosteniéndole la mirada a los pistoleros chavistas, conversó con la prensa. «Yo sí le tumbé la jeva a un SEBIN, ¿y qué, Nicolás? En su cara. Es más, le mandé un mensajito de texto al gafo ese con una foto de nosotros dos comiendo fresas con crema en el Ávila. ¿Qué me van a hacer? No es momento de tener miedo, Nicolás. El que se achanta pierde» afirmó Capriles, quien reconoció que su anuncio implica un sacrificio enorme para él, pero que cuando dice que está dispuesto a restearse y jugarse el todo por el todo, lo dice de verdad. «Mira, Nicolás: ¿qué es lo tuyo pues? Yo se que tengo todas las de perder, que vas a arrasar pero ¡Vamos a debatir, frente a frente, si es que te atreves! Pero no un debate cualquiera: con podios, cámaras de televisión y todo eso. No señor. Vamos a vernos las caras, frente a frente, y a discutir nuestras ideas, comiéndonos 6 tobos de ostras en Río Chico. Tú dime la fecha y la hora. Si es que te atreves, espurio» dijo el candidato opositor, mientras lanzaba los restos a medio morder de una pata de pollo en dirección a 3 miembros de La Piedrita que montaban guardia.

Acto seguido, Capriles Radonski se levantó, se abrió la chaqueta para que se viera bien el mensaje de su franela, que decía «Yo si firmé contra Chávez, ¿y qué?», metió volantes de su candidatura anterior —con la fecha corregida a bolígrafo— debajo de la puerta de varios apartamentos y se despidió de nosotros, ya que iba a atravesar toda la ciudad para dirigirse a La Lagunita. «Bueno, caballeros, yo me voy. Voy a casa del ministro de la Defensa, le voy a tocar el timbre de su mansión para regalarle varios libros de texto escolares. Cuídense, que esto por aquí es candela».

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