Precios de armas en cárceles venezolanas comienzan a cotizar en la bolsa
El sonido del característico martillazo marcó el inicio de la jornada bursátil de hoy en la Bolsa de Valores de Caracas, en la que hizo su debut la acción de la Compañía de la Guardia Nacional para la Venta de Armas para Privados de Libertad Venezolanos, que entra hoy al ruedo accionario para captar los capitales necesarios para poder ofrecer mejor servicios a sus clientes.
Víctor Zamora, representante de la junta directiva de la citada compañía, aseguró que la alta cantidad de armas en las cárceles venezolanas los llevó a la decisión de cotizar en la bolsa. “En Venezuela hay un aproximado de 16 millones de armas; gran parte de ellas terminan en las cárceles para mantener sus negocios de extorsión y secuestro. Era solo cuestión de tiempo que estas armas se convirtieran en commodities e impulsaran la economía nacional. Es más, según estudios del Banco Central de Venezuela, los gastos en secuestros impactaron positivamente en un 1,25% del crecimiento del PIB en el primer semestre del país. Lo mejor es que esto no se detendrá, no se ve el límite. Desde el nombramiento de la Ministra de Prisiones, Iris Varela, el negocio de las armas ha aumentado gracias a las prácticas suaves y complacientes de la ministra” comentó Zamora, momentos antes de darse cuenta de lo estúpido de que existiera un Ministerio de Prisiones.
Para saber la opinión de los involucrados en el negocio de las armas, enviamos al pasante subpagado a la cárcel de La Planta donde fue interrumpido por un Guardia Nacional quien fue el único quien ofreció declaraciones. “Yo no sé lo qué es la Bolsa de Caracas. ¿Eso no es una vaina donde se mueve plata que jode? Ya me extrañaba que no estuviéramos metiendo la nariz en esa trampa. Ajá, pasantico, háblame: ¿qué quieres? ¿Un 9? ¿Un 38? ¿Una AK-47? ¿Un misil antiaéreo? ¡Pida por esa boquita, papá!». Tras aclararle que la visita era solamente para investigar, el Guardia Nacional prosiguió: «Yo lo que quiero es que los malandros esos de La Planta nos devuelvan las armas. De verdad no sé que pasa, uno trae armas y armas y armas y siempre terminan adentro de la cárcel. No queremos que se vayan ni nada, lo único que queremos es que nos devuelvan las ametralladoras y pistolas. Pero nada, no quieren soltarlas. Vamos a tener que traer más armas todavía para seguir combatiendo” explicó el joven Guardia Nacional, que solicitó que su nombre permaneciera en la reserva: «No, no vayas a poner mi nombre ahí. Mira que estos diablos después me tiran un secuestro».