Médicos del Llanito conmemoran 9 años desde la última vez que vieron una gasa

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Médicos del Llanito conmemoran 9 años desde la última vez que vieron una gasa

Médicos y enfermeras del Hospital del Llanito se reunieron hoy para conmemorar una notable efeméride: los 9 años de la última vez que vieron una gasa.

A través de un sentido y emotivo discurso, lleno de añoranzas de un pasado mejor, el doctor Abelardo García, jefe del servicio de Neurocirugía, se dirigió a los presentes para recordar el hecho. «Queridos colegas galenos, enfermeras, autoridades administrativas de este venido a menos centro hospitalario: hoy, cuando se cumplen nueve años de la última vez que alguno de nosotros vio una gasa, hemos creído prudente reunirnos en esta jornada de recuerdo, para compartir entre nosotros este hecho y lo que despierta en nuestros corazones. Probablemente las generaciones de médicos graduados más recientemente crean que la gasa es un mito, o una leyenda urbana; pero debo decirles que es cierto, que sí existe. Al igual que el bisturí, la anestesia y el aire acondicionado en los quirófanos. No son mitos, son realidades. Incluso en países africanos se usa» dijo el doctor García, mientras los médicos residentes murmuraban con asombro y aplaudían el discurso.

Enseguida subió al palco Karina Torrealba, enfermera con más de 25 años de servicio, que habló en representación de su gremio. «Hoy todos vemos alrededor las condiciones de este hospital, y nos cuesta creer que alguna vez estas mismas salas, estos consultorios, tuvieron mertiolate, jeringas y alcohol en sus armarios. ¡Uff, si había hasta para llevarse para la casa!» dijo, mientras se enjugaba una lágrima con la manga de su bata. «Luego la cosa se deterioró y tuvimos que empezar a pedirle a los pacientes que trajeran ellos mismos sus materiales, pero ya ni eso. Yo recuerdo haber visto a la bendita gasa, de pana; pero eso fue hace tiempo, hhace tanto que si me la cruzara en la calle, no la reconocería. Clarito, me acuerdo clarito: ¡se usaba para tapar las heridas!».

Rodrigo Santos, un joven residente del hospital, afirmó no creer en el discurso, al cual se atrevió a calificar de quimera: «Yo no entiendo cuál es la insistencia de querer verle a uno la cara de pendejo. ¡Y tal que la bendita gasa existe! ¡Eso es como creer en unicornios, en el Niño Jesús o en la pulcritud del CNE! Ya me están haciendo arrechar, uno no estudió 8, 10 años para que vinieran aquí este poco de viejos a engañarnos. Con decirte que el otro día un doctor me dijo que hay lugares en los que dizque operan con rayos láser. ¡JAJAJA, ese guevón se quedó pegado en la nota de la Guerra de las Galaxias!» afirmó Santos, mientras le negaba la entrada a un enfermo de gripe por no tener un Atamel o un Tachipirín para darle.

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