La inestabilidad de la economía hace que lo único fuerte de los bolívares sea su olor cuando los usan de papel higiénico, así que los venezolanos emplean métodos de pago alternativos como dólares en efectivo, favores sexuales o, como es el sueño del caraqueño Arturo Díaz, una cuenta Zelle para esperar de 5 a 50 horas la verificación del pago cuando hace mercado.