Esta mañana el gobierno dejó sin efecto la medida anunciada el pasado lunes que obligaba a todas las empresas de delivery, restaurantes y repartidores a obtener una habilitación postal de $300, además de enviar todos los pedidos a través del Instituto Postal Venezolano (Ipostel) bajo su propio riesgo y permitir que los efectivos policiales en alcabala le dieran un mordisquito a la comida. Según explican los funcionarios del gobierno, se vieron obligados a anular esta medida porque aún no logran descifrar dónde es que quedan las oficinas de Ipostel.

“Nosotros pensábamos que iba a ser más fácil organizar todo a través de Ipostel, pero cada oficina que visitamos había cerrado hace 10 años, estaba abandonada o la habían convertido en una tienda de lencería. Lo único que pudimos encontrar fue un Corsa que se usaba para repartir los paquetes que lograban salir del almacén, donde por cierto acabo de coronar unos Jordan que algún bobo pidió por Amazon pensando que le iban a llegar. Al final nos dimos cuenta de que Ipostel es una institución fantasma, que nadie sabe dónde queda ni cuándo fue la última vez que de verdad entregó algo. Por eso, hemos decidido anular la medida y pedir disculpas al pueblo bolivariano de Venezuela”, aseveró el  Ministerio del Poder Popular para Transporte Terrestre y Extraterrestre, Ramón Araguayan, en una rueda de prensa.