Carl Can, la mascota de raza Pastor Alemán de la familia Hernández, envió una carta a la embajada de Alemania en Venezuela pidiendo ayuda para ser repatriado a su país origen tras enterarse del precio de la comida para perros.

Valiéndose de un traductor perro – humano que descargó de Google, nuestro pasante subpagado recogió las declaraciones de Oliver. “¿Comer pellejos de pollo sin perrarina? ¡Asco! Hasta aquí llegué en este país, mis amos no pueden pagar 60 dólares por el saco de Perrarina y yo no voy a estar comiendo porquería porque ellos son unos pelabolas. Prefiero irme del país y ya. Además, yo no puedo trabajar, soy un perro. Si pudiera lo hiciera, pero sería perro antidrogas y Venezuela no es el peor país para hacer eso”, aseguró Can quién no sabe que nació en Los Valles del Tuy.