Feligreses se reúnen en abasto a ver aparición de "La Mantequilla"

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Feligreses se reúnen en abasto a ver aparición de "La Mantequilla"

Cientos de creyentes se reunieron hoy en las inmediaciones de un abasto en Caracas, al que todos conocen como «La Basílica de Casa e’ Nilda», para poder ver, tocar y, ¿por qué no?, probar en sus paladares a la Santísima Patrona de las Cachapas, Protectora de las Tostadas y Alejadora de la Nata, “La Mantequilla”, que se manifestó en una de las paredes del mencionado abasto.

La dueña del abasto, Nilda Gutiérrez, quien es una fiel creyente de La Mantequilla al punto de tener una estampita en su cartera, fue la primera en ver la aparición. “¡Ay mijo, qué cosa tan hermosa! Es que es tan sagrada, brillante y saladita. Mire, yo estaba rompiendo la pared pa’ poner un cable y así ver la comedia aquí en el abasto cuando de repente ¡flush!, un gran destello apareció, y ahí vi a La Mantequilla, vestida con su celestial envase blanco con detalles dorados y su nombre ‘Mavesa’ en el medio. Estuvo apenas unos pocos segundos. Se desapareció y dejó su marca. Es que lo recuerdo y me dan ganas de llorar de felicidad. Y esta felicidad hay que compartirla, por eso es que abrí las puertas de humilde abasto para que todos puedan venir idolatrar a la santa que en el reino Polar, sentada a derecha del hijo de nuestro creador que se sacrificó por nosotros, Lorenzo Mendoza. ¡Vengan todos, hijos míos!”, dijo la señora Nilda mientras se persignaba y nos explicaba que ver a La Mantequilla tiene un costo de 150 bolívares, que es más o menos en lo que sale ver la verdadera.

Por su parte, Felipe Márquez, sacerdote de la parroquia, también habló de lo que puede significar esta manifestación divina, literalmente. “Esto solo es símbolo de lo que la fe puede lograr. Ver esta sagrada imagen de la mantequilla nos hace creer que no todo está perdido. Así que al que tenga la oportunidad de verla, venga. Sobre todo si sufre de un mal, porque estoy seguro que con una oración y una tocada a La Mantequilla, ella le puede cumplir al que sea el milagrito de engordarlo o mejorarle el sabor a una arepita».

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