Felipe Urdaneta es un gaitero maracucho que viajó a Caracas para pasar tiempo con su familia y rellenar bidones con gasolina. Sin embargo, no todo fue color rosa. Urdaneta lleva 8 horas en estado de shock e indignación después de ver a su sobrino tocando el ukulele en un intercolegial de gaitas.

Urdaneta, quien tuvo que comerse 5 potes de mayonesa con cuchara para calmarse, logró explicarnos más su reacción ante lo que considero un sacrilegio hacia la gaita: “Ese vergo lo que quiere es darme un infarto o algo así. ¿Vos estáis escuchando la misma verga que yo? Mijo, ¿cómo vais a sacar un mardito ukalele, unkelelo, cómo se llame el cuatrico ese de la verga y cantar gaita al mismo tiempo? Ve que el Betulio Medina se estará dando vueltas en su tumba por cien años. No es que esté muerto, pero tampoco es que nos va durar toda la vida, ¿sí me explico?. Yo apoyo que el sobrino mío cante y le guste estas actividades así de parranda, pero un poco de respeto a la gaita, al cuatro y a la cabra mocha. Además que pasó 15 minutos con el verguito ese y de vaina cantaron gaita. Un dizque popurrí con reggaeton y esas vainas. Que la china me dé paciencia”, concluyó Urdaneta, quien advirtió que no volverá a hablarle más a su sobrino hasta que aprenda a tocar la tambora.