Único espectador en juego Tiburones vs Bravos no grita "¡Poncha a ese pajúo!" por miedo a que sepan que fue él

Deportes

Único espectador en juego Tiburones vs Bravos no grita "¡Poncha a ese pajúo!" por miedo a que sepan que fue él

juego-bravos

José Rafael «Rafucho» Rodríguez, un joven fanático de los Bravos de Margarita, confesó que sintió miedo de gritar «¡poncha a ese pajúo!» durante el juego celebrado el domingo pasado en el Estadio Nueva Esparta, en el que su equipo se enfrentó a los Tiburones de La Guaira, debido a que era el único espectador del encuentro.

«ahorita no se puede, y si te soy sincero, viendo el estadio así de vacío me doy cuenta que ni me gusta el béisbol»

–José Rafael «Rafucho» Rodríguez

“¡Chaaaaacho, qué va! ¿Tú eres marico? ¿Cómo crees tú que me iba a parar a gritar las cosas que yo grito cuando veo el beisbor, si yo era el único hijoerdiablo que andaba de faramallero en el estadio? En lo que abriera la boca para decirle «¡Poncha a ese pajúo! ¡Ponchéalo!» iban a saber que era yo y no es la idea, este año habrán traído puros peloteros jipatos porque para eso es que le alcanzaron los reales, pero igual esos le dan un pingazo a uno y lo dejan esfaratao, más todavía con lo flaquito que nos tiene el coñoemadre presidente ese. En años anteriores uno venía al estadio tranquilo, pagabas la entrada, te comías una tendía e’ arepas, te tomabas cuarenta cervezas y hasta después seguías la bebedera en algún otro lugar; ahí sí se podía insultar sabroso porque estaba full y quién carajo te iba a ver, es más, ni te paraban. Uno decía lo que quería: ‘¡batea, caretemiga!’, ‘¡Qué batee el marío!’ o el clásico ‘¡Atrápala, careverga coño e’ tu madre!’ a un miembro de tu mismo equipo que la esté cagando. Pero ahorita no se puede, y si te soy sincero, viendo el estadio así de vacío me doy cuenta que ni me gusta el béisbol” aseguró «Rafucho» mientras le daba su par de zapatos a un perrero para pagar un pepito en el estadio.

Por su parte, José Osuna, outfielder de la novena margariteña, afirmó que, contrariamente a lo que todos pensarían, extraña los insultos de las gradas. “Uno se pica y se arrecha con el público, pero al final eso es lo que le da sabor a esta vaina. Si no se hace el juego ladilla, no hay nada mejor que callarle la boca a un sapo con buen batazo, asomarse entre innings pa’ bucear un culito y de vez en cuando tener que parar el juego porque dos gordos rascados se están echando coñazo en las gradas. Pero así esta vaina pelaa parece es un juego de fútbol nacional. ¡Lo que da es caligueva!”.

 

PUBLICIDAD