El gobierno de Panamá, en un acto de solidaridad con los desplazados venezolanos, decidió alimentar a los jaguares de la selva del Darién con fit9, fororo y batidos de proteína, con el fin de que corran más duro y reduzcan la migración, sin embargo, la medida no ha sido tan efectiva, por lo que optaron por una medida más severa: colgar un cartel de “no pase”. 

El presidente panameño, Laurentino Cortizo, anunció la nueva medida anti inmigrantes: “Es difícil que nosotros los panameños nos vayamos ilegalmente a Estados Unidos si los venezolanos también quieren pasar, ya basta de robarnos las oportunidades y el futuro a los centroamericanos. Ya probamos de todo, desde meter bandas armadas a la selva hasta meter chilenos xenófobos, y de verdad que nada logra espantarlos. Pero esta vez sí, porque en conjunto con 13 ministerios y con un presupuesto de más de 600 millones de Balboas hemos ordenado la creación de un cartel de “No Pase”, así como también un vigilante que pida número de cédula en la garita que está al lado del río”, aseguró el jefe de estado de Panamá mientras contrataba una señora de servicio venezolana para pagarle en negro y ahorrar en casa.