Fuentes cercanas al presidente de la República aseguran que después de la contundente victoria que le propició a la oposición en el pasado referendum consultivo, los humos del mandatario se han elevado a niveles nunca antes vistos: “Quiere que lo llamemos su señoría, anda con una gorra que dice Im #1 y ahora no se desplaza de un lugar a otro si antes no regamos el piso con papeletas marcadas con el SÍ como si fueran pétalos de rosa” Comentó uno de sus Edecánes.

Otras fuentes en Miraflores confirman la versión de este edecán: «El otro día nos hizo probar un Belmont a cada uno, porque pensaba que se los habían envenenado. Por mí, buenísimo, porque ese día no tuve tiempo de comprar antes de venir porque me dejaba el autobús. Pero le dije que me dejara uno para después de almorzar y me mandó a dar cuarenta azotes”. Y eso no es nada, hay compañeros que dicen que el Domingo en la noche exigió que nadie lo viera a los ojos y que cuando él entrara a los salones las personas debían levantarse y cantar «Pajaritos a bailar, cuando acabas de nacer, tu colita has de mover, ¡SI SI SI SI!».

Sus ministros tampoco escapan del asombro y la humillación: “Hoy me obligó a leerle en voz alta como veinte páginas de Los miserables mientras María Cristina le explotaba unas pepitas en la espalda, muy desagradable” Comentó el Ministro del Interior, Tarek El Aissami. “La cosa es preocupante, hasta el punto que se ha puesto celoso de personas destacadas como Dudamel o Carlos Coste diciendo que él es mejor que ellos, incluso me dijeron que lo vieron intentando hacer apnea en la bañera presidencial, muy triste”.
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