En días recientes se han reportado decenas de casos de coronavirus en Pekín, la capital de China, lo que ha forzado a muchos de sus habitantes a volver a estar en cuarentena y a hablar con sus familiares. A pesar de que aún no podemos hablar de que haya terminado la primera oleada del virus en Venezuela, la posibilidad de una segunda ola ya afectó los planes del joven Alberto Villamizar, cuyos proyectos originales — que ya habían sido postergados para el 2021 con el surgimiento del Covid-19— serán aplazados ahora para el 2030, en el mejor de los casos.

Villamizar tenía grandes planes para el 2020: le aguardaba su graduación universitaria, su admisión para un máster que igual no podía pagar y un viaje a la playa donde se iba a enseriar con su “chamita”. Sin embargo, la pandemia hizo que todo esto quedara para el 2021. Ahora, en el escenario más optimista, cree que podrá llevar a cabo todos esos planes dentro de una década: “No sé si estar feliz o no. Estuve bien frustrado cuando tuve que mover mi rumba de graduación hasta Dios sabe cuándo, y realmente todo mi futuro cambió. Quería hacer cosas demasiado relevantes con mi vida este año y vino este virus a ponerle pausa a todo. Como al tercer mes de la cuarentena me tranquilicé y empecé a organizar todo para el año que viene. ¿Y ahora me vienen a decir que voy a tener que dejar de planificar para estructurar todo otra vez para unos diez años? ¿Qué es esto, la segunda película de Avatar? No entiendo, vale. Sí, en teoría con 10 años más me da más chance para ahorrar y tal pero, ¿CON QUÉ TRABAJO? Perdón, respiraré y meditaré un rato. Es uno de los hábitos que he agarrado en este tiempo”, afirmó Villamizar, quien asegura estar frustrado por no saber si sus shorts de playa le quedará bien en 11 años.