José Gutiérrez, un taxista caraqueño, se vio en la necesidad de realizar hasta tres paradas en distintos cajeros para que su cliente pudiera pagarle.

Jesús Pérez, quien fue el cliente de Gutiérrez aseguró que él solo quería una “carrerita” a su casa, pero en lo que vio lo que costaba, no le quedó más opción que pasar por el cajero. “La vaina me da paja y todo, pero coño, él también tiene que tener punto de venta. ¡Está loco! Y menos mal que pregunté porque sino llegábamos al sitio y ni le pagaba. Le dije que cuánto era para ir sacando la plata y ¡MIERDA! Se pasó, pero ya estábamos andando, así que le dije que pasáramos rapidito por un cajero, en teoría ni nos íbamos a demorar un carajo. Primero pasamos por uno que no era de mi banco y la vaina no me dio suficiente. No nos quedó más que lanzarnos a otro, el error fue que era del Banco Venezuela y me tuve que calar una rolo de cola para que la vaina no tuviera efectivo.  ‘La tercera es la vencida’ dijimos los dos justo antes de que me equivocara de clave y bloqueara la tarjeta en el último cajero. Qué cara de culo tenía el taxista y lo entiendo. Igual la culpa no es de ninguno. Menos mal en la casa mi mamá me bajó unos reales y pude pagarle. Le hechó bolas, pero ya es hora de aceptar transferencias bancarias o algo” aseguró Pérez quién ahora cargará siempre un morral con cinco mil bolívares en efectivo.