Recientemente la gloriosa Vinotinto masculina empató 1-1 con la selección auriverde, que fue incapaz de quebrantar la enorme fé de la única parte del país que tenía electricidad para ver el partido. Gracias a un hermoso gol de chilena por parte del jugador Eduard Bello, la remolacha mecánica igualó a los brasileños, acercándose al sueño de clasificar al mundial y generando el único momento de felicidad que han vivido los venezolanos en los últimos 25 años.

“Ver ese gol en vivo después de apretar el culo casi todo el partido creo que ha sido el momento más feliz en toda mi vida, ni siquiera se me acalambraron las nalgas”, aseguró Edison Pérez, fanático vinotinto de 24 años que ahora tiene cuadritos en el recto. “La euforia que sentí cuando el balón entró en la red sólo es comparable a cuando volvió la luz después del apagón nacional, cuando conseguí una arepa de maíz de verdad en el 2017 o  con aquel día que el módem CANTV tuvo internet por suficiente tiempo como para ver todo el álbum “playita Higuerote” del Facebook de mi prima. Honestamente creo que ahora sí vamos a clasificar al mundial, jamás perdí la fe en mi hermosa Vinotinto y nunca la perderé”, concluyó Pérez quien perdió toda su quincena porque apostó a que Brasil ganaría 36-0.